Demoledor garage sixties que choca sin clemencia contra el punk y que les sitúa, por sonido y ganas de diversión, en la onda de bandas norteamericanas actuales de la categoría de Black Lips, sin quitar ojos a los padres del invento (Seeds, Sonics...). Fuzz desatado sobre base rítmica desenfrenada y melodías atractivas con personalidad propia que hace de este lp una de las propuestas más interesantes y prometedoras del garaje actual.